Estimadas y estimados estudiantes y colegas del estamento académico y administrativo, estimada comunidad:

UFRO: FORTALEZAS Y DESAFÍOS

El desarrollo de la Universidad de La Frontera se ha producido bajo un modelo en el que la educación es considerada un bien de consumo y las Universidades deben competir por los recursos necesarios para desarrollar sus actividades. Este modelo evalúa y financia a las Universidades que cumplen con indicadores de rendimiento, es así como los incentivos hacen que existan actividades académicas que generan más recursos que otras. La Universidad de La Frontera tomó la decisión de fortalecer la investigación, transformándose en una universidad compleja. La UFRO cumplió este objetivo, no solamente logrando mantener su equilibrio económico, sino que además ganando prestigio y reconocimiento a nivel nacional e internacional. Este importante logro se ha producido gracias a un trabajo gigantesco de sus funcionarios académicos, administrativos y estudiantes y ha transformado radicalmente esta universidad, que pasó de ser una institución principalmente transmisora de conocimiento a una institución generadora de conocimiento, en un par de décadas. Sin embargo, este tremendo desarrollo ha tenido algunos costos: ha producido una sobrecarga laboral importante, los docentes hemos tenido que salir a buscar financiamiento y hemos dejado algunas áreas en segundo plano. La docencia y la vinculación con el medio requieren hoy una especial atención, en especial por los cambios del contexto.

CONTEXTO CAMBIANTE Y OPORTUNIDADES

Las definiciones políticas del país post estallido social, con los cambios de la constitución y el cambio de gobierno, esbozan nuevos escenarios para las Universidades Estatales (UES), en especial porque abren la posibilidad de que se renueve el compromiso del Estado con sus Universidades. Por otra parte, la misión y los principios definidos en la nueva Ley de Educación Superior destacan el rol social de las UES, haciendo énfasis en la triestamentalidad, la pertinencia territorial, la formación de profesionales conscientes de los desafíos locales y globales, así como la incorporación de otras formas de saberes, como el Mapuche Rakizuam (forma de conocer Mapuche) en nuestra Región. A su vez, la ciudadanía demanda respeto por los derechos humanos, equidad social, equidad de género, inclusión, participación y democracia, así como protección al medio ambiente. Desde el punto de vista internacional, los cambios sociales, económicos y culturales generan un contexto mundial en el que los nuevos equilibrios geo-políticos, las crisis y la cuarta revolución industrial configuran un escenario de gran incertidumbre.

En especial, la 4ta revolución Industrial es clave para el desarrollo del país: hoy la riqueza natural más importante de los países es el conocimiento; y el conocimiento tiene algunas características muy especiales respecto de otras materias primas: es inagotable, no se pierde al intercambiarlo y mientras más se reparte, más se usa y más crece. El conocimiento requiere educación, y en ese sentido las instituciones educacionales estarían en ventaja si no fuera porque el conocimiento está repartido por todas partes y el mercado educativo ve muchas oportunidades que generan nuevos desafíos.

¿Cómo nos impacta este nuevo contexto? ¿Podemos continuar en la misma lógica de estos últimos años? ¿Qué rol debe jugar nuestra Universidad?

PROPUESTA

En este proyecto los y las invitamos a reflexionar sobre estos importantes temas. Proponemos avanzar en democratizar el análisis y las decisiones, con la convicción de que la inteligencia colectiva nos proyectará hacia un modelo de Universidad que se adapte al contexto de una manera más equitativa, que tome decisiones asertivas, considerando la opinión de todos los actores en su desarrollo, tanto internos como externos, con vistas a fortalecer lo logrado, a continuar garantizando su viabilidad, pero aprovechando el momento para retomar las áreas que han quedado hasta ahora en un relativo desmedro: la docencia y la vinculación con el medio. Nos mueve la convicción de que la Universidad también se puede destacar en esos ámbitos y que puede transformarse en un referente para la sociedad.

Este proyecto reivindica los principios que define la Ley 21.094 y que fueron ampliamente debatidos y priorizados en el proceso del Claustro, para generar una Universidad democrática, inclusiva, con equidad de género y capaz de integrar otros saberes para caminar hacia una postergada y necesaria interculturalidad. El Claustro generó por primera vez en nuestra historia de 41 años un espacio de reflexión, de mirarnos a nosotros mismos, de incluir la visión de personas externas, invitándonos a debatir, a estar en desacuerdo, pero principalmente a soñar triestamentalmente con la universidad que queremos. Este proyecto pretende fortalecer el proceso que inició con el Claustro, abriendo los espacios para la discusión y para que en conjunto decidamos cómo posicionarnos frente a los desafíos del contexto.

Durante años y en diferentes ámbitos el grupo que participa en la elaboración de este proyecto trabajó incansablemente para incorporar en la Universidad los principios que hoy son Ley. Con la misma convicción que tuvimos entonces, hoy consideramos que es una prioridad vital abrir los espacios de la UFRO a la participación de toda la comunidad y del medio externo, convocando a una discusión democrática y triestamental para echar a andar los nuevos estatutos y para definir nuestro desarrollo en los próximos años.

La presente propuesta no pretende cambiar la UFRO de un día para otro, si no que definir en conjunto los énfasis que nos parecen imprescindibles para generar un proyecto de Universidad, iniciando un necesario camino de cambios. Pretendemos sembrar una semilla que lleve hacia una universidad democrática, sustentable y relevante para la sociedad y el medio ambiente local y global.